Herramientas Terapéuticas

Te acompaño desde lo que también me ha sostenido y transformado.

Arteterapia Gestalt

Un territorio para crear(te)

La Arteterapia con enfoque Gestalt es un proceso vivencial que invita a conocerte a través de la expresión artística. No se trata de hacer “obras” ni de saber “dibujar”, sino de permitir que lo que está adentro tome forma afuera —a través del color, el trazo, la materia. Desde la Gestalt, este acto creativo es un encuentro contigo misma/o/e, aquí y ahora.

El arte abre un lenguaje propio, que conecta con la emoción, la memoria y el cuerpo. Es un canal que da espacio a lo que necesita ser expresado y observado, sin exigencias ni juicios. Permite descubrirte desde la experiencia directa, honrando lo que surge con honestidad y presencia. Como dice Violet Oaklander, crear es descubrir lo que llevamos dentro.

¿Cómo lo usamos en el espacio?
A través de técnicas como la silla vacía, el dibujo, la pintura, el barro o el juego con objetos, exploramos lo que necesita expresarse. E
n lugar de interpretar, nos detenemos a escuchar, sentir y dialogar con lo creado. Desde ahí, el arte se vuelve un puente entre lo simbólico y lo real: un mapa que guía, un espejo que refleja y una medicina propia.

Pintura

El color como lenguaje del alma

La pintura es un canal íntimo, directo y poderoso. Es materia viva que se transforma en forma, trazo, textura y color. Más que pintar una imagen, es permitir que la imagen te pinte a ti, que lo interno dialogue con el afuera. En este espacio, la pintura es un testimonio auténtico. Es cuerpo, es emoción, es energía en movimiento.

¿Para qué sirve en terapia?
Pintar nos conecta con nuestra esencia creativa. Nos permite observarnos desde otro lugar, abrir un diálogo con lo que sentimos sin necesidad de entenderlo con la mente. Es una vía para explorar nuestros paisajes internos, descubrir símbolos personales, contactar con memorias y resignificar experiencias. El pincel, la mano, el gesto… son extensiones del alma que busca ser vista.

¿Cómo lo usamos en el espacio?
En cada trazo, en cada color, está la verdad de ese momento. Pintamos desde lo que hay, desde lo que pulsa. Podemos usar témperas, acuarelas, gesso, acrílicos, óleo y simplemente nuestras manos. Pintamos sobre papel, sobre tela, sobre cartón. Lo importante es crear un soporte para que tu proceso se exprese y desde ahí, acompañarte a descubrir qué trae, qué necesita, qué transforma.

LOM

Pintura Centrada en Soluciones

¿Qué es?
LOM es una propuesta de arteterapia que utiliza la imagen como un canal directo hacia la transformación emocional. Con la pintura en las manos conectamos con alivio, claridad y nuevas formas de habitar, digerir o atravesar lo que estamos sintiendo. El acto creativo se vuelve experiencia viva, confiamos en el poder del hacer, en el movimiento que sucede cuando una emoción toma forma y se deja transformar. Al representar visualmente una situación desafiante y luego ofrecerle otra imagen, algo dentro también se acomoda, se suaviza, se abre. Este proceso trae calma y orden interno y a la vez genera cambios reales en el sistema nervioso gracias a la neuroplasticidad: el cerebro crea nuevas conexiones, y con ellas, nuevas posibilidades de respuesta frente a lo que antes dolía, tensaba o paralizaba.

¿Para qué sirve en terapia?
Hay momentos en los que lo que sentimos no puede expresarse solo con palabras.
LOM ofrece un camino simbólico, sensorial y profundo para dar forma a lo que pesa, lo que inquieta, lo que pulsa por dentro.
Pintar lo que se siente y permitirle cambiar en la imagen abre un espacio interno de comprensión, integración y descanso.

Este enfoque es especialmente útil en momentos de:
– ansiedad, estrés o bloqueos emocionales.
– síntomas psicosomáticos.
– consecuencias postraumáticas.
– decisiones difíciles, miedos o pensamientos que se repiten.
– situaciones significativas que necesitan ser elaboradas con cuidado.

¿Cómo lo usamos en el espacio?
A través del color, la forma y el movimiento, damos lugar a una narrativa visual que sostiene procesos vitales con cuidado y escucha.

Mientras pintamos, también se transforma la manera en que el cuerpo y el sistema nervioso procesan lo vivido.
LOM se apoya en el principio de la neuroplasticidad: al trabajar una imagen interna (que puede estar cargada de tensión, miedo o dolor) y proponerle otra forma, se genera un nuevo registro.
Esa nueva imagen —creada con recursos propios, con emoción y con presencia— puede reemplazar a la anterior.
Así, no solo cambia lo que se ve, sino también lo que se siente. Y con eso, la forma de estar en el mundo.

¿Para qué sirve en terapia?
Hay momentos en los que lo que sentimos no puede expresarse solo con palabras.
LOM ofrece un camino simbólico, sensorial y profundo para dar forma a lo que pesa, lo que inquieta, lo que pulsa por dentro.
Pintar lo que se siente y permitirle cambiar en la imagen abre un espacio interno de comprensión, integración y descanso.

Este enfoque es especialmente útil en momentos:
– ansiedad, estrés o bloqueos emocionales.
– síntomas psicosomáticos.
– consecuencias postraumáticas.
– decisiones difíciles, miedos o pensamientos que     se repiten.
– situaciones significativas que necesitan ser             elaboradas con cuidado.

¿Cómo lo usamos en el espacio?
A través del color, la forma y el movimiento, damos lugar a una narrativa visual que sostiene procesos vitales con cuidado y escucha.

Mientras pintamos, también se transforma la manera en que el cuerpo y el sistema nervioso procesan lo vivido.

LOM se apoya en el principio de la neuroplasticidad: al trabajar una imagen interna (que puede estar cargada de tensión, miedo o dolor) y proponerle otra forma, se genera un nuevo registro. Esa nueva imagen —creada con recursos propios, con emoción y con presencia— puede reemplazar a la anterior. Así, no solo cambia lo que se ve, sino también lo que se siente. Y con eso, la forma de estar en el mundo.

Juego

La libertad de explorar sin destino

El juego es una forma primaria de aprendizaje, exploración y creación.  Es un estado del alma en el que lo espontáneo, lo lúdico y lo simbólico se entrelazan. Jugar es abrir un mundo nuevo sin expectativas ni metas fijas, es permitir que algo emerja desde el cuerpo  y la imaginación con libertad.

¿Para qué sirve en terapia?
El juego nos conecta con nuestra parte más libre y vital. A través de él, podemos ensayar otras formas de estar, activar recursos internos, y mirar lo que vivimos desde nuevas perspectivas. En un espacio cuidado, el juego nos ayuda a desarmar estructuras rígidas, a ablandar exigencias y a habitar la experiencia con mayor liviandad.

¿Cómo lo usamos en el espacio?
En Fondo, el juego aparece como una herramienta espontánea que habilita el vínculo, la creatividad y el darse cuenta. Puede surgir en el cuerpo, en el color, en los materiales o en la palabra. Acompaño el proceso con sensibilidad, dejando que el juego abra puertas sin forzarlo, dejando que lo simbólico nos hable, sin interpretar ni corregir. Porque en el juego también podemos encontrarnos y cuidar lo que emerge.

Tambor chamánico

Ritmo que atraviesa y despierta

El tambor chamánico es una herramienta ancestral de conexión con lo profundo. Su sonido pulsante resuena en el cuerpo y en la tierra, recordándonos el latido original: el del corazón, el del útero, el de la vida misma. No es solo un instrumento musical, es un canal de presencia, de intuición y de acceso a estados ampliados de conciencia.

¿Para qué sirve en terapia?
El tambor crea un espacio vibracional donde lo energético se abre paso. Su ritmo sostenido invita a la introspección, a la escucha interna y al viaje imaginativo. Puede ayudar a relajar el cuerpo, aquietar la mente y dar lugar a imágenes, recuerdos o sensaciones que necesitan ser vistas. También nos conecta con lo ritual, lo sagrado y lo colectivo, favoreciendo el arraigo y la memoria ancestral.

¿Cómo lo usamos en el espacio?
En Fondo, el tambor puede acompañar momentos específicos del proceso: cierres, aperturas, tránsitos, o simplemente cuando lo que se necesita es bajar al cuerpo. A veces, lo que no se puede nombrar con palabras se deja sentir en una vibración, en un pulso, en el eco del cuero que toca el aire. Utilizado con respeto y sensibilidad, el tambor nos ayuda a crear un espacio seguro, potente y transformador.

Astrología

Un mapa simbólico de vida

La astrología es un lenguaje ancestral que observa los movimientos del cielo como reflejo de nuestra danza interna. En Fondo, la abordo desde un lugar vivencial, como una herramienta de autoconocimiento que invita a habitar los arquetipos presentes en nuestra carta natal, abriendo un camino de exploración genuina. Más que ofrecer certezas, es una invitación a conectar con las energías y los ciclos que nos atraviesan y nos acompañan.

¿Para qué sirve en el acompañamiento?
La carta natal, como una fotografía del cielo al momento de nuestro nacimiento, nos invita a descubrir nuestros potenciales y los retos que encontramos en nuestro camino. Nos ayuda a entender qué fuerzas están presentes en nuestra historia y a revisar de manera más profunda lo que estamos viviendo. A través de este enfoque, la astrología se convierte en una puerta abierta hacia una mayor comprensión de quiénes somos y cómo podemos relacionarnos con los arquetipos que nos habitan.

Cómo la integramos en Fondo
En Fondo, trabajo la astrología de forma vivencial, explorándola a través del cuerpo, el sentir y el habitar. Esta práctica nos permite encarnar los arquetipos y las energías presentes en nuestra carta natal, no como una búsqueda de respuestas cerradas, sino como una invitación a abrir un espacio de reflexión, autoconocimiento y transformación. La vivo como un orden divino: un mapa que nos acompaña en el proceso de manifestar y comprender quiénes somos en cada momento de nuestra vida.